25 jun 2008

Don Aquilino Parrilla


La parrilla queda exactamente a veinte metros de mi departamento, y cada vez q paso al lado del señor, que supongo que es Don Aquilino, me mira, hace como si no me hubiera visto nunca en la vida y me da uno de sus volantes. Desde que empecé a guardar los volantes que me daban en la calle, recolecté trece de estos volantes de Don Aquilino, y, teniendo en cuenta que el lugar sólo abre fines de semana, se puede deducir que si salgo a comprar un marlboro de diez al quiosco, recibo un volante de ida y otro de vuelta, asi yo tenga el mismo volante en la mano. Decidí ir a comer cualquier cosa con mi compañero de departamento Fabián, que es de Santa Fé. Hablé yo.

- Hola.
- Hola.
- Vendes choripan?
- Si.
- Me puedes dar dos por favor? para comer aca.
- ¿De dónde sos?
- De Colombia
- Aaah, de Colombia. Hay mucho colombiano acá, no?
- Si, somos muchos
- Vos también sos colombiano? -le pregunta a Fabián.
- No, no. Yo soy de acá, bah, de Santa Fé.
- También hay mucho santafesino, sabés?
- Y si supongo -Fabián le responde de mala gana, porque no tiene ganas de hablar, en verdad tampoco tiene ganas de comer, sólo que le pedí que me acompañara.

Nos sirven dos choripanes de cinco pesos que parecían de tres. Nos lo comemos con una coca cola de 600 mililitros compartida, yo trato de recordar la conversación en mi cabeza y miro alrededor. Estoy en pleno barrio de San Telmo, es sábado a la noche, y aún así sólo hay cuatro mesas ocupadas y las 12 sillas están ocupadas por argentinos comiendo una picada para dos o para cuatro. Se me hace raro que sólo hayan argentinos en una parrilla en San Telmo. Dejamos el dinero en la mesa y salimos. Diez pesos por los choripanes y cuatro pesos por la Coca. Agradezco a Don Aquilino que habla con una señora con voz de hombre y que no me oye, o no me quiere oir y vuelvo a mi casa.

Dos semanas después Fabían en un ataque de hambre vuelve a ir al lugar. El mozo lo ve y lo reconoce.

-Ah, vos sos el santafesino!
-Si.
-Ya que sos de acá, te voy a hacer un chori especial.

Me dice Fabían que ese día tampoco le pareció ver ningún extranjero.

No hay comentarios: